Cariñoso preguntas cuánto te amo
tus límpidos ojos clavas en mis pupilas
en tanto alma mía cavilando vacilas
esperando respuesta, mi señor y mi amo.
Te quiero en una tarde cálida y soleada
cuando la aurora aparece radiante
te amo con apego firme y delirante
mi alma de tu ser ya va preñada.
Cuando la luz se ´pierde en el ocaso
el rocío cubre mi rostro y de rodillas me postro
levantando al cielo mi deslucido rostro
tu demanda de amor silenciosa repaso.
Te aprecio como ama el espíritu la vida
sin ti ningún motivo tiene la existencia
te adoro, te amo señor de mi querencia
una eternidad o hasta que el mismo Dios, lo decida.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen del famoso Ilustrador Alan Ayers
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