Llegué a casa de mi madre quien vive en otro Estado de la república mexicana, aproximadamente a cinco horas del lugar de donde actualmente radico.
A la mañana siguiente me salí a tomar el café al patio y divisé entre la espesura del árbol ardillas que corrían apresuradas una tras otra, fascinada con estos simpáticos y hábiles roedores de unos treinta centímetros aproximadamente.
Vi como hacían piruetas de rama en rama del gran árbol de nogal y por los demás arbustos. En ese lugar pasé la época de mi adolescencia y juventud y jamás los había visto más que en el estado de Minnesota.
Toda la mañana me la pasé disfrutando de tan bello panorama. Sus bellos colores cobrizos y grises, su esponjosa y peluda cola que se asemeja a un grueso plumero.
Sé que viven en los bosques coníferos, y me pregunté a mí misma, ¿qué hacen estos pequeños roedores en este lugar? En eso salió mi madre y le hice la misma pregunta.
A lo cual respondió,
--igual que tú estoy sorprendida hija, tal vez se alberguen en los bosques del interior de la República Mexicana pero aquí en el Norte nunca las había visto--
--La tala excesiva de los bosques las hicieron huir a la ciudad en busca de sustento, aquí se alimentan del fruto del nogal, (la nuez) se comen los duraznos, y de esa manera sobreviven en la ciudad—
Entonces recordé que los venados hacen lo mismo en el Estado de Minnesota. El crudo invierno y la nieve los hace huir a la ciudad en busca de alimento, hay personas de buen corazón que los alimenta, otras los matan al igual que a las ardillas por las travesuras que hacen estas, destruyendo los techos de las casas que son de madera.
Más sin embargo pienso que si nos preocupáramos más por estos indefensos animales y su hábitat, nada de esto sucedería.
Ellos tendrían su hogar en la espesura de los bosques, más siguen siendo agredidos y exterminados por el ser humano cada vez más inhumano. Sin darnos cuenta nos estamos exterminando a nosotros mismos gracias a la ambición desmedida de muchos.
Todos los seres vivos formamos parte de una cadena alimenticia. ¡Cuidémoslos! Nuestra vida depende de estos maravillosos seres.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.
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