Silenciosa voy por la vida sintiendo la brisa resbalar por mi marchito rostro. Una ave canora a distancia me canta, y yo, dolosa prosigo andando por los caminos preñados de vileza..
Pensando mil cosas que nunca sabrás y que llevo en el alma clavadas como espinas tratando de sacar la murria que el alma atosiga.
Imposible hablar de romanticismo, al saber que un misil ha segado la vida de tantos inocentes. Que infortunio darnos cuenta que la ambición de muchos nos va llevando al precipicio.
Los medios informativos sólo hablan hoy en día, de muerte, rapiña y corrupción, y siguen difundiendo corridos que hacen ver al delincuente como si fuera un héroe.
Que diferente sería solidarizarnos, apoyarnos los unos a los otros con amor, tratarnos como hermanos. y todos felices en unión disfrutar de la vida que nos regala el Señor.
Pero nos cuesta tanto. Destrucción, es el pan nuestro de cada día, llanto, dolor, es la frase de hoy.
¿Hasta cuándo mi Dios seguiremos padeciendo?
Que fácil sería para ti Padre cortar el mal que nos persigue, culpables somos sí, pero los niños, ¿ellos qué culpa tienen?, es por eso que hoy suplico ante ti con el corazón en la mano que nos vistas de la tan anhelada paz.
Y aún tenemos los seres humanos la desfachatez de culparte, tú, no tienes parte en el asunto, somos los humanos que por ambición desmedida al creernos auto suficientes, y pensar que de ti, nada necesitamos.
Como cuando en el génesis se estimó que no precisaban de la guía del Creador, entonces para demostrar cuan equivocados estaban los dejaste solos y éste es el resultado. Quizá algunos manifiesten.
¿Y cómo es que Dios al ver lo que está sucediendo permite que prolifere la maldad?
Es para demostrarnos lo equivocados que estamos los seres humanos. Si, si necesitamos de su protección..
Nuestro Padre amoroso nos dotó de libre albedrío, tanto es el amor por su amada Creación.
Pero ciegos vamos los humanos andando solos hacia el precipicio.
¿De qué te sirven las cosas materiales ambicioso?,
Corto es el tiempo que te queda en la Tierra y no creo que te las puedas llevar a la sepultura, pero Sí, a cuestas llevarás el yerro que constante arderá en tu alma por causar la destrucción de toda la humanidad.
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata
Imagen tomada de Google.
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