Caminan con la cara descubierta,
sembrando la semilla del engaño;
te ofrecen una mano siempre abierta
mientras calculan cómo hacerte daño.
Te buscan por la miel, por el
tesoro,
por el refugio que tu alma ofrece;
confunden la amistad con el despojo,
y el interés en su interior florece.
¡Qué triste es la traición de quien
te abraza!
¡Qué amarga la sonrisa del judas!
Que mete la serpiente en tu propia
casa
y te deja el alma en sombras,
desnudas.
Pero no saben, en su afán de espina,
que al dar el golpe con tal desatino,
el mismo odio que hoy los encamina
será el veneno de su propio vino.
Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.
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