Rafael González Vizcaíno
Ma. Gloria Carreón Zapata
Antonio Escobar Mendivez.
Rafael González Vizcaíno.
Están los dos enzarzados
Con los lazos de cupido
El certero y atrevido
Que une los enamorados
Dejándolos preparados
Para la escena siguiente
Con un sacerdote al frente
Leyendo lo requerido
El comienza y es sabido
Finiquita un cura siempre.
Antonio Escobar Mendivez.
Finiquita un cura siempre
lo que Cupido travieso
lo escribe con embeleso
para que nuestro Dios siembre.
Si es primavera en setiembre
el fruto será mejor
porque así canta el amor
y en hermosa serenata
todos los besos, desata
los hace aromada flor.
Rafael González Vizcaíno.
Los hace aromada flor
Cual vino transfigurado
Como el poeta inspirado
Que remaquilla el color
Hasta revivir la flor
De almas enamoradas
En la caverna intrincada
De sentimientos humanos
De los amantes arcanos
De la boreal madrugada.
Antonio Escobar Mendivez.
De la boreal madrugada
se sorprende el trovador
cuando siente que su amor
sale a besar la alborada.
La mira el cielo, encantada
en las orillas del río
y la pasión con su brío
se sonroja y la saluda.
Enamorada se escuda
tras las gotas de rocío.
Rafael González Vizcaíno.
Tras las gotas de roció
El sudor del universo
En mañanitas de cierzo
Llena el corazón vacío
Del amante afligido
Que pernocta, solitario
En búsqueda del estuario
De la sirena encantada
Que tiene predestinada
Que ha sido su calvario.
Antonio Escobar Mendivez.
¿Qué ha sido su calvario?
Cuando el amor la envanece
todo su corazón crece
por ser extraordinario.
Se tiene su aroma a diario
en el alma es un portal
con la pasión ideal
en las voces del paisaje
y el cielo le pone traje
con lunitas de cristal.
Rafael González Vizcaíno.
Con lunitas de cristal
En el gran jardín celeste
Cuéstele lo que le cueste
Buscando ese santo grial
El gran cupido triunfal
Gruñe con algarabía
En el corazón porfía
Reacomodando sus huestes
Tal vez esta vez acierte
Y conquiste su dalia.
Antonio Escobar Mendivez.
Y conquiste su dalia
y su esmerado candor
para probar el sabor
que luce con alegría.
Es un junco su armonía
con el fulgor de la brisa
su dulce mirada atiza
el jardín de su alma pura.
Mira su inmensa ternura
que brota de su sonrisa.
Rafael González Vizcaíno.
Que brota de su sonrisa
Radiante blanco marfil
En el palo del mástil
Donde se aplica justicia
Al condenado acaricia
Sarcástico consecuente
Cual judas benevolente
conquista en la romanza
Y sus anhelos alcanza
Saciar su sed en la fuente.
Antonio Escobar Mendivez.
Saciar su sed en la fuente
de romanzas cristalinas
sus metáforas divinas
de su poesía afluente.
Y cuando pasa la gente
bebe de su dulce espuma
en cada ola se suma
con su cantar delicado
para cantarle a su amado
con lo mejor de su pluma.
Rafael González Vizcaíno.
Con lo mejor de su pluma
De terciopelo brumoso
En el deleite precioso
Feliz como no hay ninguna
Cual frugal aceituna
Apretada en su cintura
Queda feliz hasta el cura
Por el amor que perdura
Ente gentiles criaturas
Laureados en su dulzura.
Antonio Escobar Mendivez.
Laureados en su dulzura
regocija su versar
y nos enseña a remar
a través de su ternura.
En cada rima se apura
a dejarnos su tonada
y se queda enamorada
del crepúsculo divino.
Yo la encuentro en mi camino
y le digo que es mi amada.
Rafael González Vizcaíno.
Y le digo que es mi amada
Mi musa mi dulcinea
Iré a la guerra que sea
Colócate mi estocada
Por mi reliquia dorada
Mi elixir mi flor de loto
Batallé como loco
Exponiendo mi existencia
Desde la grata experiencia
Del amor que ahora conozco
Antonio Escobar Mendivez.
Del amor que ahora conozco
ella es amable testigo
y yo su amor y su amigo
al que nunca desconozco.
Nunca veo un rostro hosco
porque ella es un manantial
un lucero terrenal
maravillosa presencia.
Cada vez bebo su esencia
de su acento celestial.
Rafael González Vizcaíno.
De su acento celestial
En los vórtices del tiempo
Siento dentro del cuerpo
Fluido de salvia ancestral
Para engendrar al final
Frutos del amor sagrado
El gen tiene asegurado
Su trascendencia filial
Que cuenta con el aval
De un amor desmesurado.
Antonio Escobar Mendivez.
De un amor desmesurado
ella me da con su brío
y a la sombra del estío
con ella voy asombrado.
A nada pone candado
camina en la libertad
del amor y siempre da
su ternura por raudales
y yo siento sus caudales
su calurosa bondad.
Rafael González Vizcaíno.
Su calurosa bondad
Que trasciende lo infinito
En holocausto bendito
Fiel hasta la saciedad
Con la firme voluntad
Y la obediencia servil
Que vive en el redil
De la planeación suprema
De la comedia serena
El aceite del candil.
Antonio Escobar Mendivez.
El aceite del candil
inacabable llamita
que con la brisa se agita
en su cielito de añil.
Cuando miro su perfil
y su sonrisa de Luna
felicitó mi fortuna
de tenerla a mi costado.
Ella es un sol encarnado
y mi corazón su cuna.
Rafael González Vizcaíno.
Y mi corazón su cuna
De hermosa mirla dormida
Resilente complacida
Confiada como ninguna
Cual el cardón y su tuna
En el árido desierto
En la arena a campo abierto
En la gran jungla mundana
Donde la maldad se ufana
El amor está cubierto.
Antonio Escobar Mendivez.
El amor está cubierto
de maravillosas gemas
y sus hermosos poemas
inmenso océano abierto.
Qué bello saber que es cierto
su luminoso cantar
y saber que al caminar
con su dulzor delicado
sabemos que ha encontrado
melodioso navegar.
Rafael González Vizcaíno.
Melodioso navegar
Con faro a puerto seguro
Salir de brumoso oscuro
A cielo abierto en el mar
Así al final encontrar
El puerto de las gaviotas
En la arena el barco empotra
Sabe que será feliz
El infortunio desliz
Ya no lo alcanza y azota.
Antonio Escobar Mendivez.
Ya no lo alcanza y azota
ni teme a cualquier dolor
porque sabe que el amor
desde sus ojos se anota.
En sus dulces agua flota
el cupido juguetón
metido en su corazón
con la A escribe mi nombre
para que nadie se asombre
que no tiene parangón.
Rafael González Vizcaíno
Que no tiene parangón
En curso de la historia
En la colosal memoria
Del poeta y su inspiración
La fe de la religión
El amor es sacrosanto
Tiene relevancia tanto
Es quien sostiene la vida
Otra cátedra atrevida
Desabrida sin encanto.
Antonio Escobar Mendivez.
Desabrida sin encanto
a veces pasan las horas.
¿Y por qué tú las demoras
y las conviertes en llanto?
En un manojo de cantos
las envuelva tu guitarra
y con su música amarra
el pentagrama a la luz
y hasta escribirá Jesús
en una blanca pizarra.
María Gloria Carreón Zapata.
Honor le rindo a los vates
Don Antonio y, Rafael
recordando el verso aquel
que fue transcrito al instante.
Engalanado talante
de dos excelsos poetas
que con todo y sus libretas
a Vicente Espinel cantan.
Y a los lectores encantan
estos dos grandes poetas.
Antonio Escobar Mendivez.
Por lo que a mí corresponde
agradezco a María Gloria
su transparencia de noria
la guardo y si sé a dónde.
Mi corazón le responde
mi eterno agradecimiento
le dice mi pensamiento
que aquí en un rincón la espero.
Le cantaré tal jilguero
con especial sentimiento.
Ma. Gloria Carreón Zapata
Con especial sentimiento
reitero mi admiración
agradezco su instrucción
ahora y todo momento.
¡Admiro su gran talento!
y ovaciono al gran Creador
haber sido el conductor
de esta unión maravillosa.
Que como joya preciosa
la guardo con mucho amor.
Antonio Escobar Mendivez.
La guardo con mucho amor
dentro de mi corazón
y me embarga la emoción
tu sincero resplandor.
Con él llega tu fulgor
de tu cantar elegante
y tu respuesta este instante
vibra inmensa como el sol.
Tu mirada tornasol
trae su brillo fragante.
Ma. Gloria Carreón Zapata.
Trae su brillo fragante
esta bonita amistad
que brinda felicidad
¡es un valioso diamante!
Bella joya más, no obstante
el respeto la respalda
y como bella guirnalda
crece encarecidamente.
Como inmenso sol naciente
que ilumina a una giralda.
Rafael González Vizcaíno.
Que ilumina una giralda
Cual cometa peregrino
Que va marcando el camino
Y en el Oriente se guarda
Allí donde un bebé aguarda
Para redimir al hombre
Así resarcir el nombre
En una cruz con un verso
Que el original perverso
hizo que a todos le cobren.
Rafael González Vizcaíno.
Puedo decir verazmente
Sin temor a equivocarme
Y puedo reconfortarme
Aunque con tacto prudente
Que es la realidad el puente
De variables del destino
El vértice del camino
En el cual coincidimos
Y solamente cumplimos
Con nuestro deber genuino.
Ma. Gloria Carreón Zapata
Con nuestro deber genuino
aclamamos la Espinela
como luminosa estela
que ilumina el buen camino.
De todo el vate latino
que transcribe el sentimiento
con su emblemático acento
y todos en hermandad.
Proclamamos la igualdad
lanzando versos al viento.
Rafael González Vizcaíno
Lanzando versos al viento
La raza cosmopolita
Universal y bonita
Única en el firmamento
Es tan cierto no es invento
Somos de alquimia el crisol
Esa mezcla de color
De matriz americana
Que hace las razas hermanas
Un solo norte y un sol.
Antonio Escobar Mendivez.
Un solo norte y un sol
es lucero para el alma
lo admiramos con la calma
que da la luz de un farol.
Seguimos con nuestro rol
de habitar el universo
para esparcir nuestro verso
por la tierra americana.
Con sonidos de campana
por el anverso y reverso.
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