(Décimas endecasílabas)
Y tal vez un día no muy lejano
me bañe con la esencia del romero
mi vida la ilumine el
buen lucero
y el pardal me brinde su canto llano.
Tal como aquel florecido verano
las aves brindaron suaves trinos
y mis huellas sellaron los caminos
ahí vi brotar coloridos ramos.
Avecillas y yo juntas cantamos
bajo la sombra de verdes encinos.
Bajo la sombra de verdes encinos
el relente, la sílaba y la aurora
un ave limpia, virginal canora
alzó sus alas haciendo pininos.
Tejía su nido bajo sabinos
tal motita de algodón que saltaba
y sobre las ramas se resbalaba
atenuando el glacial del corazón
Me guareció en violácea devoción
mi nostalgia con fervor se llevaba.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
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