Como injuriosa saeta
tus labios pincharon los míos,
como lanza que punza el alma
tu amor abonó mi corazón,
ahora que atolondrado
me dejas una carta
donde anuncias tu partida
no me queda más qué
agradecer y bendecir
tu despedida.
Te vas, te alejas temiendo
por tu vida, ¿qué culpa tengo yo
de tus malas decisiones?,
te amé no sé ni cuantas lunas, te adoré
sin ponerte condiciones,
hoy te alejas, huyes detrás
de insanas pasiones, ignoro cuáles son
tus intenciones.
¿Acaso fue mentira cuando
junto a mi contabas las estrellas?,
en cada beso que me dabas frente a ellas
jurabas amarme más allá de la lumbrera,
cuando a deshora en mis manos
entregabas perfumadas madreselvas,
y yo en un puñado de mimos
te brindé mi alma entera.
Bien, no te detengo sigue tu camino
que yo me iré a contemplar la luna
detrás del horizonte, y en un rayo de luz,
con fecha de éste día escribiré tu apelativo
y en la arenisca escribiré,
¡partida sin retorno!
Autora: Ma Gloria Carreón Zapata
Imagen tomada de Google.
No hay comentarios:
Publicar un comentario