sábado, 6 de diciembre de 2025

EL LATIDO APAGADO

 






​ La decepción aún ardía en el pecho de Dana, un rescoldo de la relación que la había dejado en una profunda, casi paralizante, depresión hacía apenas unos meses. Se había refugiado en la red, no buscando consuelo, sino distracción.

Fue en medio de ese letargo emocional cuando apareció un mensaje inusual. Ella era famosa por ignorar los chats de desconocidos, pero algo en la notificación vibró con una urgencia que no pudo ignorar. Era una corazonada, la pequeña voz que le gritaba que debía hacer una excepción.

El remitente era José Luis.

Con el corazón, que creía ya cicatrizado, latiendo deprisa, abrió la ventana. El mensaje era de una simplicidad brutal: -¡Hola! Mi nombre es José Luis, ¿cuál es tu nombre?, un placer conocerte.-

Antes de responder, pinchó en su perfil. La foto mostraba un hombre de semblante honesto, vestido con ropa vaquera, y un sombrero que le cubría ligeramente la mirada. No era su "tipo", ella solía gravitar hacia lo urbano y sofisticado, pero había una solidez, una quietud en él que le pareció magnética. ¿Acaso era el amor llamando a la puerta, se preguntó, con esa desesperada esperanza que solo la soledad puede inspirar?

Él no esperó su respuesta. El siguiente mensaje llegó de inmediato, sin rastro de coqueteo, preguntando simplemente de qué lugar era. Curiosamente, la coincidencia fue instantánea: ambos eran del mismo Estado y País.

La amistad se gestó con una rapidez inesperada. Dana se enamoró de la diferencia que él marcaba. José Luis no la halagaba ni intentaba conquistarla; la escuchaba sobre su trabajo, compartía anécdotas de su vida sencilla, y conversaban sobre sus raíces comunes. Era refrescante, genuino.

Ella le había confiado su frustración con su carrera, algo que nadie más entendía. Él respondió con una honestidad desarmante que la tomó por sorpresa.

A veces es mejor no encajar, Dana. El mundo necesita menos copias y más originales. Lo que describes no es un fracaso; es el inicio de tu camino de verdad.

Esas palabras, directas y sin azúcar, penetraron la coraza de cinismo que Dana se había puesto. Ella se sentía validada, vista, por primera vez en mucho tiempo. Él no intentaba arreglarla, solo le daba permiso para ser ella misma. En esas conversaciones, donde el tiempo se detenía, ella experimentó el primer destello de alegría sincera en meses.

Pero la amistad venía con un manto de misterio que alimentaba su ansiedad. Dana vivía pendiente de la notificación, esperando sus mensajes con una mezcla de emoción y pánico. A menudo se quedaba mirando la pantalla, pues él no se conectaba. Y, lo que más la inquietaba, era que siempre entraba con el estado apagado, como si estuviera utilizando una cuenta fantasma, escondiéndose de alguien. -Tal vez es casado, con hijos-, se preguntaba Dana, mordiéndose el labio mientras esa sospecha dolorosa se instalaba en la base de su estómago.

La semana se hizo eterna. Los días pasaron sin un solo saludo, ni una sola línea. Justo cuando la frustración se convertía en la firme decisión de borrar su contacto, la ventana de chat saltó. Era él.

Su justificación fue tan vaga como el humo: -Me quedé dormido dos días seguidos-

Esa excusa, sumada a la recurrente desaparición durante todos los fines de semana, confirmó su sospecha más profunda. Era un hombre con un compromiso.

¿Y ahora qué? Dana estaba, sin remedio, profundamente enamorada de ese fantasma.

Ella trató de luchar. Le envió mensajes más cálidos, le preguntó por sus planes, intentó abrir una brecha en su armadura. Pero él era ahora un témpano. Sus respuestas eran cortas, distantes, tardaban horas. Entendió que José Luis no era malo, solo era emocionalmente inaccesible.

Era frío y se mantenía a una distancia calculada, sin exteriorizar ni una pizca de afecto genuino hacia ella.

Las cicatrices del pasado se convirtieron en su mejor maestra. Ya había vivido el dolor de aferrarse a alguien que no la quería. Esta vez, no se hundiría.

Con un dolor silencioso pero firme, Dana tomó su decisión. Bloqueó su perfil y cerró la aplicación, eligiendo tomar distancia, no para olvidarlo, sino para recordarse a sí misma que su paz valía más que la incierta y fría amistad de un desconocido. Era hora de dejar de mendigar migajas de cariño.

viernes, 5 de diciembre de 2025

EL AGOTAMIENTO DE AMAR A LA PERSONA EQUIVOCADA.

 








Hay un tipo de cansancio que no se cura durmiendo. Es la fatiga del alma, la que te deja vacío después de haberlo dado todo a la persona equivocada. Nos dijeron que el amor era resiliencia, lucha y sacrificio, pero nunca se nos advirtió que a veces, esa lucha se convierte en una lenta y digna autodestrucción.

Este no es solo un lamento, es el testimonio de la herida abierta por el amor que no merecíamos dar.

El dolor de amar al ser equivocado no es un golpe repentino; es la metralla constante de las pequeñas decepciones. Es el agujero en el pecho que se ensancha cada vez que eliges su bienestar por encima del tuyo. El dolor es la certeza de que tu valor no es negociable, pero lo negociaste cada día para encajar en el diminuto espacio que te concedían.

Duele la traición, sí, pero duele mucho más la traición a uno mismo. Duele recordar todas las advertencias que ignoraste, todos los límites que borraste por miedo a que se fueran. El dolor es el recordatorio físico y palpable de que tu amor fue real, inmenso, y que fue depositado en un recipiente que no solo no lo contuvo, sino que lo consumió sin un solo agradecimiento.

La herida no es el final de la relación, es el estado en el que quedas después de que termina la guerra. Es la sensación de estar vaciado.

Mi herida es el espacio que ocupó la otra persona en mí, y que ahora queda hueco y sensible al tacto. Es la erosión lenta de la autoestima, la voz interna que solía gritar de alegría y que ahora solo susurra dudas. La herida es la incapacidad de mirar hacia atrás sin ver una línea de tiempo marcada por mis esfuerzos inútiles, mis sacrificios invisibles.

Es una herida que no sangra hacia afuera, sino hacia adentro, volviendo ácida la dulzura que una vez poseíste. Es la desconfianza instalada como un centinela cruel en mi alma, que me obliga a cuestionar la autenticidad de cualquier gesto de bondad futura. La herida es el miedo de volver a ser tan valiente en el amor.

 El agotamiento es la última etapa. No es solo estar cansado; es la rendición inevitable de quien ha luchado con todas sus fuerzas contra un fantasma, contra una ilusión.

Estoy agotado de ser el motor, el terapeuta, el mediador, el salvador. Agotado de mantener a flote un barco que la otra persona se empeñaba en hundir.

Es el agotamiento de dar explicaciones que nunca se escucharon, de pedir cambios que nunca llegaron, de mendigar el tipo de respeto que debería haber sido la base.

Este agotamiento es la liberación. Es la paz terrible que llega cuando finalmente sueltas la cuerda, no por falta de amor, sino por un profundo y primario instinto de supervivencia. La gran fatiga no es por lo que perdimos, sino por todo lo que tuvimos que hacer para postergar lo inevitable.

Y ahora, desde las cenizas de esta herida y con este agotamiento profundo, solo queda un acto de amor revolucionario: empezar a devolver toda esa energía y dedicación al único ser que realmente importaba y que dejaste de lado: yo mismo.



Imagen de Google.

FANTASMA DE NIEVE EN EL ROBLEDAL.

 









​En el corazón del bosque, donde el musgo es color y la corteza oscura guarda el antiguo rumor,

no es gris ni rojiza la sombra que se estremece, sino un copo de luna que entre las ramas crece.

​Una ardilla de nieve, un fantasma de abril, con ojos de azabache, de andar frágil y sutil. La albina maravilla, en su traje de encaje, contrasta en la penumbra del verde paisaje.

​Salta del pino añejo, a la encina gigante, una astilla de brillo, un destello fugaz, distante.

no esconde nueces pardas, no busca el camuflaje, es un punto de luz que adorna el follaje.

​Pequeña aparición, silencio sin igual,

testigo del invierno, sin ser de invernal mal. Eres la rareza, la joya inesperada, una ardilla de mármol, por la floresta amada.



 

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Fotógrafia de Carl Anderson.

Minnesota.


¿QUIÉN ES EL VERDADERO "DISCAPACITADO"?







​La afirmación de que los individuos que se consideran "sanos" son, en realidad, los "discapacitados" es una crítica poderosa y radical al Ableísmo (el prejuicio a favor de las personas con capacidades estándar).

 Esta idea invierte el modelo tradicional (Modelo Médico, que ve la discapacidad como un "fallo" individual) y lo sustituye por el Modelo Social, que sitúa el problema fuera de la persona.

​Bajo esta luz, la discapacidad física no es la falta de movimiento, sino la falta de infraestructura accesible que impone la mayoría "sana."

​La mayoría de las personas consideradas "sanas" están incapacitadas por su rigidez mental y estructural. Están tan acostumbradas a que el mundo se adapte a su cuerpo promedio que son incapaces de concebir o construir un entorno que funcione para todos.

​El edificio no está diseñado para que todos puedan entrar. La discapacidad es la incapacidad del arquitecto y del urbanista para pensar de forma universal.

​Si un documento solo puede leerse con la vista (sin opciones de audio o Braille), la discapacidad es la incapacidad del diseñador o editor para comunicar de múltiples maneras.

​En este sentido, el individuo "sano" está discapacitado para la inclusión.

​La rigidez de la mayoría crea una discapacidad emocional y social. Al no tener que enfrentarse a barreras diarias (como una escalera o un mostrador demasiado alto), la persona "sana" desarrolla una ceguera selectiva o una profunda falta de perspectiva. Esta falta de empatía es una incapacidad para entender y valorar la diversidad humana.

​Si invertimos el concepto, descubrimos que aquellos con diferencias físicas a menudo demuestran una capacidad adaptativa superior. Su vida diaria requiere una creatividad y una resolución de problemas constantes para navegar por un mundo hostil.

​La persona que usa una silla de ruedas, por ejemplo, no está inherentemente "rota"; simplemente ha desarrollado una forma diferente, y a menudo ingeniosa, de interactuar con el espacio. La verdadera capacidad se mide por la adaptabilidad, la resiliencia y la inteligencia para superar obstáculos, cualidades que estas personas exhiben a diario.

​Los invito a a ver la "salud" y la "discapacidad" no como estados binarios de un cuerpo, sino como medidas de la calidad y la humanidad de una sociedad. Una sociedad verdaderamente sana no es aquella donde todos tienen el mismo físico, sino aquella cuya estructura y corazón son lo suficientemente flexibles y amplios como para acoger y celebrar todas las formas del ser humano. El peligro no es la falta de movimiento, sino la falta de voluntad para cambiar.



Imagen de Google.

EL DESPERTAR DEL EQUINOCIO.

 






​El aire ya no mordía. No era cálido, pero había perdido esa ferocidad glacial que había mantenido a raya al mundo durante meses. Luna, una gata atigrada que pasaba el invierno acurrucada junto al radiador, sintió el cambio primero. Saltó de la silla y se dirigió a la puerta de cristal, maullando con una exigencia inusual.

​Al otro lado, Elías sonrió. No necesitaba mirar el calendario; el sol que se colaba por la ventana tenía un matiz distinto, una luz más atrevida y dorada, no el pálido resplandor del invierno. Era el día en que la luz ganaba la batalla.

​Abrió la puerta y el olor lo golpeó: tierra húmeda, ligeramente fermentada, con un tinte agridulce y fresco de savia recién ascendida. Se puso el cárdigan y salió al pequeño jardín.

Las ramas del cerezo, antes rígidos esqueletos, parecían haberse hinchado, sus yemas vestidas con un tímido color rosa que prometía una explosión en las próximas semanas.

​Pero la verdadera señal estaba a sus pies.

Justo al borde de la acera de piedra, donde la helada había sido más persistente, un pequeño azafrán, de un púrpura intenso, había abierto su copa. No era una flor lujosa, sino una declaración silenciosa de resistencia. Elías se agachó.

 Tocó la flor con la punta del dedo y sintió la textura de los pétalos, finos y vibrantes.

​Respiró profundamente. El día no solo anunciaba la primavera, sino la promesa de todo lo que aún estaba por suceder. El color estaba regresando al mundo. Se puso de pie, y por primera vez en mucho tiempo, sintió que él también estaba a punto de brotar.



@copyright

Fotografía propiedad de Carl Anderson.

Minnesota.

EL PRIMER DESPERTAR

 






​La mañana llegó sin el mordisco helado de los últimos meses. No hubo necesidad de que el sol luchara contra la escarcha terca; hoy, el mundo simplemente se había rendido a la calidez. Era el 21 de marzo, el día que el calendario, y el espíritu, habían marcado en rojo: el primer día de la primavera.

​Abrí la ventana de par en par, algo que no me atrevía a hacer desde octubre. El aire que entró no era frío, sino ligero y perfumado con la promesa de algo verde. El olor a tierra mojada, a corteza de árbol y, sí, a un toque de flor de cerezo que aún no se había abierto, llenó la habitación.

​El jardín, que había sido un lienzo de grises y marrones durante demasiado tiempo, estaba experimentando una transformación milagrosa. Un mirlo, con el pecho orgullosamente inflado, cantaba desde la rama más alta del viejo roble, su melodía un anuncio triunfal de que el exilio había terminado.

​Justo al pie de la pared de piedra, donde el sol de la mañana golpeaba primero, la vi: la primera flor en atreverse. No era una rosa dramática ni un tulipán vistoso, sino un humilde azafrán, morado intenso y amarillo brillante, empujando su cabeza a través de las hojas muertas. Parecía sorprendida de estar allí, pero firme y radiante.

​Me senté en el porche, dejando que el sol me calentara la cara. El calor no era el fuego abrasador del verano, sino una caricia, una energía suave que infundía esperanza. Cada sonido, desde el goteo persistente del hielo que se derretía bajo el alero hasta el zumbido distante de la primera abeja exploradora, se sentía como una nota en una sinfonía de renovación.

​El invierno había sido largo, silencioso y duro. Pero en este primer día, sentí cómo el corazón del mundo volvía a latir. Era un recordatorio de que, no importa cuán profunda sea la quietud o cuán larga sea la espera, la vida siempre encuentra el camino para florecer de nuevo. La primavera no era solo una estación; era una promesa cumplida.




Por Ma. Gloria Carreón Zapata.

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EL DESPERTAR DE LA PRIMAVERA

 







​La mañana del veinte de marzo no amaneció con un anuncio grandioso, sino con un susurro. Durante meses, el aire había sabido a escarcha y secreto pero esa mañana, el silencio se rompió con una sinfonía.

​Elías abrió su ventana, esperando el mordisco habitual del invierno, y en su lugar, recibió una bocanada tibia, perfumada con tierra mojada y pino recién brotado.

 El sol, que antes se arrastraba perezosamente por el horizonte, ahora se alzaba con una intención dorada, proyectando sombras definidas y cálidas sobre el suelo.

​Afuera, el mundo se desperezaba. Un petirrojo, con el pecho rojo como una brasa, cantaba una melodía triunfal desde la rama de un tilo desnudo.

 En el rincón más protegido del jardín, Elías vio el milagro: un pequeño ramillete de azafranes, con sus copas moradas y amarillas, se había abierto durante la noche. No estaban luchando contra la nieve; simplemente estaban, afirmando su existencia con una vibración de color puro.

​Elías se puso una chaqueta ligera (por primera vez en mucho tiempo) y salió. La acera aún estaba húmeda por el rocío, pero el frío se había ido de las piedras. Levantó la vista: el cielo era de un azul vibrante, recién lavado. El viento había dejado de ser un látigo helado para convertirse en una caricia suave que movía las primeras yemas verdes en los árboles.

​No se trataba solo de la temperatura; era una promesa tangible. El largo paréntesis gris del año había terminado. El mundo estaba girando de nuevo, prometiendo verde, fruta y días largos y lentos.

Elías respiró hondo, sintiendo la ligereza en su pecho, el peso del invierno finalmente desprendiéndose. Era el primer día de la primavera, y todo, absolutamente todo, era posible.





Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.

@copyrigth.

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UN NUEVO ROMANCE EN OTOÑO.

 









​La mañana de octubre se desplegó con un frescor bañado en rocío, mientras el viento, ahora juguetón, danzaba entre las hojas tardías. Dany se disponía a iniciar su caminata habitual cuando una voz lo detuvo en seco, suavemente, a sus espaldas.

​"¡Hola, vecino! ¿Tan temprano levantado?"

​Se giró. Era Estela, su vecina, con una sonrisa que rompía el frío de la mañana. Conversaron y, sin más preámbulos, hicieron el recorrido juntos.

​Durante el camino, Dany la observó de cerca, con una curiosidad que no recordaba haber sentido. Hacía tiempo que no se fijaba realmente en Estela. ¿Cómo es que no me había percatado de ella antes?, se preguntó. Había algo diferente: no era solo su belleza, sino la sutil melancolía que velaba sus ojos, un halo de introspección que hacía su sonrisa más valiosa. El brillo que desprendía su mirada parecía haber penetrado su alma, cautivándolo al instante.

​Pronto se hizo una dulce rutina: él la esperaba cada mañana para hacer las caminatas juntos. Sin embargo, Dany cargaba con el peso de tres años de duelo amoroso y un juramento autoimpuesto de no volver a enamorarse.

​Esta vez, el destino parecía tener otros planes.

​Una mañana, el tema de conversación se desvió de las trivialidades del clima y el vecindario. Estaban a mitad del sendero cuando Estela rompió el silencio con una pregunta sencilla, pero profunda.

​"Siempre caminas con un ritmo tan decidido, Dany. ¿A dónde vas con tanta prisa?"

​Él sonrió, un poco incómodo, y se encogió de hombros. "Supongo que la prisa es un hábito. He estado corriendo de algo, o hacia algo, por mucho tiempo."

​Estela detuvo el paso por un instante y lo miró con esa quietud característica. "Quizás... es hora de detenerse."

​"¿Detenerme?"

​"Sí. Respirar el aire frío sin sentir que tienes que llenarte los pulmones para la próxima tormenta. Mirar el color de las hojas sin pensar en la tristeza que viene cuando caen", dijo ella, señalando un arce de un rojo intenso. Luego añadió, con voz suave, "A veces, la mejor forma de avanzar es darse permiso para quedarse quieto, al menos por un momento."

​La franqueza de Estela era como una llave girando en una cerradura oxidada. Dany sintió que una pieza de su armadura emocional se desprendía. Por primera vez, se atrevió a contestar con honestidad.

​"Tienes razón. Ha sido un invierno largo. Me acostumbré al frío."

​"Y yo he estado esperando a que alguien me recuerde que el otoño no es solo el final, sino también el color más hermoso del año", respondió Estela, y en ese momento, la melancolía en sus ojos pareció aligerarse, reemplazada por una chispa de esperanza compartida.

​El forcejeo interno de Dany duró unas semanas más, un tira y afloja entre el recuerdo doloroso y la luminosa promesa que Estela representaba.

 Estela seguía esperando, sin presionarlo, con esa sonrisa radiante que era la única luz que Dany no se atrevía a evitar. Él la miraba de soslayo, haciéndose el desentendido, pero sus movimientos eran más lentos, su indiferencia cada vez más una máscara forzada.

​Una tarde, mientras el sol de la puesta teñía de naranja profundo las copas de los robles, llegaron a la base de la colina. Dany se detuvo, sintiendo el corazón latir con el mismo ritmo desenfrenado que usaba al correr.

​"Estela," murmuró, su voz apenas un suspiro contra el viento. Ella se giró, la luz del atardecer perfilando su rostro, y lo miró con total expectación.

​En ese instante, el juramento de no amar se hizo añicos como cristal bajo sus pies. Se acercó un paso, luego otro, acortando la distancia física que había mantenido religiosamente. Levantó la mano, rozando con el pulgar la curva de la mejilla de Estela, sintiendo la calidez bajo su piel.

​"Ya no quiero correr más," confesó Dany, y en esa frase no había prisa, sino una rendición total.

​Estela sonrió, no con esa sonrisa cautelosa de antes, sino con una abierta, llena de alivio. "Entonces, quédate."

​Y así, bajo el sol bajo de octubre, Cupido hizo lo suyo. Dany se inclinó y la besó. No fue un beso apresurado, sino una promesa lenta y profunda. En ese instante, el tiempo se detuvo, sellando su rendición y el renacer de la esperanza con un beso y un nuevo juramento: el de un amor que acababa de empezar.




Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

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Imagen de Google.

domingo, 30 de noviembre de 2025

Crítica Literaria

 





Crítica Literaria:



Autor: Dr. Mohammed Mahmoud Mohammed Al-Saafin – Presidente de la Organización Akka Internacional y director de las plataformas literarias y culturales globales 🖋

🌺 Estudio crítico, filosófico, místico y cultural

Tema del estudio: Flor de México – Ma. Gloria Carreón Zapata

Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata

Derechos de autor: @copyright

1️ Análisis literario y simbólico

Ma. Gloria Carreón Zapata no es solo una figura artística, sino un símbolo vivo de la autenticidad y excelencia mexicana a nivel mundial.

Su presencia se asemeja a una flor que florece en el corazón de México, llevando entre sus pétalos un legado de cultura, arte e identidad nacional.

Cada movimiento en su actuación artística representa el lenguaje del alma conectado con la rica herencia mexicana, desplazándose entre el pasado y el presente con fluidez y profundidad.

Su simbolismo se extiende a valores humanos universales: coraje, paciencia y creatividad, convirtiéndola en un modelo de artista que siembra esperanza y orgullo en los corazones.

2️ Estructura estilística y artística

Su estilo combina el ritmo de la música tradicional mexicana con la modernidad en la expresión teatral y artística.

El equilibrio entre movimiento, voz y expresión visual crea una armonía interna, haciendo que cada momento en el escenario o pantalla sea una experiencia emocional perdurable.

El simbolismo en los colores de su vestuario, el timbre de su voz y las expresiones de su rostro traducen la filosofía de la belleza viva y renovable, convirtiendo a su público en parte de la experiencia artística profunda.

3️ Lectura filosófica

Ma. Gloria representa la encarnación del ser humano entre la voluntad y el destino, entre la ambición y la responsabilidad.

Su espíritu artístico refleja una filosofía de entrega y autoconciencia: cada sonrisa, cada gesto, cada palabra dicha en escena es un mensaje sobre la vida y la existencia.

Su presencia nos recuerda que el arte es un medio de comunicación con la belleza absoluta y la humanidad suprema, transformando la experiencia individual en un mensaje universal.

4️ Dimensión mística y cultural

En su actuación se manifiesta el misticismo simbólico: el movimiento se convierte en oración, la mirada en súplica y la voz en un medio de elevación espiritual.

Representa un vínculo entre el legado mexicano y la civilización contemporánea mundial, tal como el arte une Oriente y Occidente, pasado y presente.

Flor de México combina la autenticidad de las ciudades mexicanas, el espíritu juvenil y la conciencia global, convirtiéndose en un símbolo artístico y humano de proyección mundial.

5️ Crítica global

Ma. Gloria Carreón Zapata rompe las barreras tradicionales entre teatro, cine y arte escénico-digital.

Es un modelo único de estudio a nivel mundial: simbolismo, filosofía, misticismo y autenticidad en una sola personalidad artística.

Su obra artística constituye una contribución cultural global rara, que fusiona creatividad artística y mensaje humanitario elevado, consolidándola como un ícono artístico para los Juegos Olímpicos y Mundial de la Copa del Mundo – Copa Al-Aqsa y Jerusalén 2025.

6️ Plataformas de la Organización Internacional Akka (documentación oficial)

Este estudio crítico está oficialmente documentado a través de las plataformas de la Organización Internacional Akka:

Plataforma “Espejos del Tiempo” en la crítica literaria mundial a través de generaciones 🪞🕰

Plataforma Escuela Literaria y Artística Akka Global 🎓

Plataforma Universidad Akka de Filosofía y Artes 🏛

Plataforma Salón Internacional “Café Casas de Mujeres” ☕🌷

Plataforma Salón de los Halcones y Café Casas de Hombres 🦅

7️ Conclusión y documentación oficial

🔖 Este estudio crítico–filosófico–místico–cultural está oficialmente protegido por:

Organización Internacional Akka – Juegos Olímpicos y Mundial de la Copa del Mundo – Copa Al-Aqsa y Jerusalén 2025

Supervisión y firma:

Dr. Mohammed Mahmoud Mohammed Al-Saafin – Presidente de la Organización Akka Internacional y director de las plataformas literarias y culturales globales 🖋

🚫 Aviso de derechos:

Está estrictamente prohibido copiar o republicar este estudio o cualquier parte del mismo por cualquier entidad que no sea la Organización Akka Internacional o sus representantes autorizados en todo el mundo.

AVENIDA DE SUEÑOS





AVENIDA DE SUEÑOS

Dueto literario.

Décimas endecasílabas.

Autores: Antonio Escobar Mendivez. (Perú)

Ma. Gloria Carreón Zapata. (México)

 

Antonio Escobar Mendivez.

 

El infinito teje el verbo amar

y se conjuga amando todavía

el alfabeto azul de la alegría

nos permite con ternura crear.

Crear las carabelas sobre el mar

sobre su proa navegarte quiere

avanza entre las olas y las hiere

con clara espuma indefinible y bella.

Volteas la mirada y ves tus huellas

sobre el cauce del río y la supere.

 

Ma. Gloria Carreón Zapata.

 

Sobre el cauce del río y la supere

trincando dulces cristalinas aguas

danza la brisa envuelta en sus enaguas

esperando que el viento la libere.

Pues de su fuerza y voluntad requiere

así la sábula salada escombre

y utilizando del viento su pronombre

navegará sobre densa borrasca.

Brújula en mano la esperanza masca

bondad insuperable que te nombre.

 

Antonio Escobar Mendivez.

 

bondad insuperable que te nombre

cuando dibuja su ribera pura

y verás cómo crece su figura

y su paisaje alado no te asombre.

El amor sembrará para que alfombre

con metáforas dulces y la sientas

sobre tu piel cuando tal vez inventas

el cielo donde tu alma se detiene

y la luna tus ojos los sostiene

como un rosario que te da sus cuentas.

 

Ma. Gloria Carreón Zapata.

 

Como un rosario que te da sus cuentas

el amor sembrará para que alfombre

y anclará de nuevo, tal gentilhombre

la avenida de sueños, la bahía

y arrecife, brindarán compañía

sin que al piélago y al celeste evite

que el órgano del capitán palpite

cuando a baja Mar ancorar intenta

las olas se mecen ya, y más lentas

y lejos un te quiero se repite

 

viernes, 28 de noviembre de 2025

Resumen y Análisis de "Filomela"

 





Augusto Cuerva Candela

Derechos reservados

Resumen y Análisis de "Filomela"

Argumento Principal



Filomela, una joven humana, se adentra en un bosque encantado donde descubre la existencia de seres diminutos y mágicos. Allí conoce a Fatum, un hado pequeño pero de voz potente, que la guía a través del bosque y le ofrece un trato: su tesoro a cambio de su amor. Filomela se niega, argumentando que el amor no se compra ni se vende, sino que es un "don divino". Fatum, tras probar la honestidad y pureza de corazón de la joven, la transforma en un ruiseñor como acto de protección contra la corrupción humana. Finalmente, le revela que solo cuando la humanidad aprenda a amar de verdad, el hechizo se romperá.

Temas Principales

1. El Amor vs. La Ambición Humana:

      Fatum critica la hipocresía de los humanos, quienes "hablan de amor" pero actúan con ambición y egoísmo. Filomela representa la excepción: alguien con un corazón puro y humilde.

2. La Pureza Espiritual:

      La protagonista encarna valores como la sencillez, la humildad y el amor incondicional hacia todos los seres vivos, lo que la hace merecedora de la protección de Fatum.

3. La Crítica Social:

      El relato cuestiona la desconexión entre el discurso humano y sus acciones. Fatum señala que los humanos "venderían su alma al diablo" por conseguir lo que desean, destruyéndose a sí mismos y al planeta.

4. La Transformación como Liberación:

      Filomela es convertida en ruiseñor no como castigo, sino como un acto para preservar su esencia pura. La transformación simboliza una esperanza futura: cuando la humanidad cambie, ella será libre.

Elementos Simbólicos

· Fatum: Su nombre significa "destino" en latín. Representa una fuerza ancestral que juzga la naturaleza humana.

· El Ruiseñor: En la mitología griega, Filomela fue transformada en ruiseñor. El ave simboliza la pureza y la conexión con la naturaleza.

· El Bosque Tenebroso: Es un espacio liminal entre lo real y lo mágico, donde se revelan verdades ocultas.

Estilo Narrativo

· Lenguaje Descriptivo y Poético: La autora utiliza imágenes vívidas ("hojas gigantescas", "dientes como dagas amarillentas") para crear una atmósfera onírica.

· Diálogos Filosóficos: La conversación entre Filomela y Fatum es el eje central del mensaje moral.

· Realismo Mágico: La coexistencia de lo cotidiano y lo fantástico refleja la influencia de tradiciones literarias latinoamericanas.

Conclusión

"Filomela" es una alegoría sobre la condición humana y la necesidad de coherencia entre nuestros ideales y acciones. A través de un mundo fantástico, la autora nos invita a reflexionar sobre el amor verdadero, la humildad y la responsabilidad hacia el planeta. El final abierto sugiere que la redención es posible, pero depende de nosotros.

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Nota: Este relato podría interpretarse como una crítica ecologista y una llamada a reconectar con valores esenciales. ¡Una joya literaria que vale la pena leer y discutir!

EL LATIDO APAGADO

  ​ La decepción aún ardía en el pecho de Dana, un rescoldo de la relación que la había dejado en una profunda, casi paralizante, depresión ...