domingo, 21 de diciembre de 2025

EN ESTOS DÍAS LLUVIOSOS.

 




​Sueño con tus ojos, claros, luminosos,

y con tu sonrisa, invitación directa al beso,

que me eleva al cielo cuando tus labios apreso.

 

Adoro pensarte, vida mía, en estos días lluviosos.

​Anhelo un nuevo amanecer para beberme tu voz,

que resuene en mis días y me envuelvan tus suspiros,

marcando el ritmo de mis latidos, tiernos y febriles.

 

Me rindo ante tu cuerpo, ante tu alma, ante como sos.

​Sueño con tenerte siempre, adorarte y desearte.

Tu esencia, dulce y fresca, impregna mis sentidos,

mientras evoco aquellos besos apasionados

que sellaste en mi boca con sublime arte.

 

​Y más te amo hoy, raíz de mi existir.

Aferrada al sueño, deambulo en la distancia,

ansiando tu fragancia y la vida compartir,

para que en días lluviosos, volvamos a revivir.

 

 

SONETO

 

 

​En estos grises días de llovizna,

busco tu luz, tus ojos, tu mirada,

esa sonrisa en besos disfrazada

que de mi pecho el fuego no escatima.

 

​Tu voz es el proyecto que me anima,

tu esencia en mis sentidos impregnada,

y el alma, por tu ausencia castigada,

en el arte de amarte se sublima.

 

​Vives en mí, raíz de mi existencia,

deambulo por el sueño y la distancia

anhelando el frescor de tu fragancia.

 

​Y en esta soledad de tu carencia,

le pido a la fortuna que yo pueda

beber la lluvia que en tu boca queda.

 

 

OCTAVA REAL

 

 

​Sueño tu luz en días de amargura,

tu boca es la invitación al cielo;

mientras la lluvia cae con su premura,

pienso en tu voz y encuentro mi consuelo.

Tu dulce esencia es ráfaga de cura,

fresca fragancia que detiene el vuelo,

y en este sueño donde voy perdida,

tú eres la fuerza que me da la vida.

 

DÉCIMA ENDECASILABA

 

​Adoro verte en días de espesa lluvia,

claro diamante de mirada pura,

tu boca es una mística aventura

que de mi triste soledad me alivia.

Mi pulso con tu soplido se entibia,

raíz de vida, dulce y fresca esencia,

vives pegada a toda mi conciencia.

Aunque deambulo sola en el vacío,

busco tu cuerpo para calmar mi frío

y deshacer con besos la distancia.

 

ROMANCE


​En estos días de lluvia,

cuando el cielo se deshace,

sueño con tus ojos claros,

esos que el alma me abren.

Tu sonrisa es un camino

que siempre termina en beso,

mientras tu voz en mi pecho

va marcando los latidos.

¡Qué dulce esencia la tuya!

¡Qué frescura en mis sentidos!

Aunque deambulo lejana,

por el sueño voy contigo,

esperando que el destino

nos devuelva aquel idilio,

y vivamos bajo el agua

lo que el tiempo nos ha escrito.

 

 

Autora : Ma Gloria Carreón Zapata

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18/12/2022.

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ANALISIS TEMÁTICO Y RECURSOS LITERARIOS:


Autor: Augusto Cuerva Candela. (Madrid, España)

Derechos reservados.

 

 

 

Esta colección de poemas de Ma. Gloria Carreón Zapata despliega una notable versatilidad formal y una intensa unidad temática. A través de varias estructuras clásicas de la poesía en español, la autora explora un único sentimiento amoroso, profundo y nostálgico, ambientado en la atmósfera melancólica de los días lluviosos.

 

· Unidad y variación: El tema central es el anhelo y la añoranza de la persona amada. Cada poema (Soneto, Octava Real, Décima Endecasílaba, Romance) es una variación sobre los mismos motivos: los ojos y la sonrisa del ser amado, su voz, su esencia o fragancia, la memoria de sus besos y la dolorosa conciencia de la distancia física o emocional.

· El entorno simbólico: Los "días lluviosos" o "grises días de llovizna" no son solo un escenario, sino un estado de ánimo. Actúan como contrapunto que resalta la luminosidad y el calor que la persona amada representa ("busco tu luz"). La lluvia se convierte, al final del soneto, en un símbolo deseado y sensual: "beber la lluvia que en tu boca queda".

· Imágenes sensoriales: La poeta apela a múltiples sentidos para construir la presencia del amado:

· Vista: "ojos claros, luminosos", "mirada pura".

· Olfato: "Tu esencia, dulce y fresca", "frescura en mis sentidos", "ansiando tu fragancia".

· Oído: "beberme tu voz", "tu voz es el proyecto que me anima".

· Tacto/Gusto: "besos apasionados", "tu boca es una mística aventura", la lluvia en la boca.

· Léxico y tono: Predomina un tono de admiración devota ("Adoro pensarte", "Me rindo ante tu cuerpo", "raíz de mi existir") y de anhelo activo ("sueño", "anhelo", "ansío", "deambulo"). El amor se presenta como una fuerza vital ("tú eres la fuerza que me da la vida") y una forma de arte sublime ("en el arte de amarte se sublima").

 

Análisis formal:

 

· Soneto: Clásico (ABBA ABBA CDC DCD). Condensa con precisión la esencia de todo el ciclo: la búsqueda, la ausencia, la internalización del ser amado y el deseo final, condensado en la poderosa metáfora del último verso.

· Octava Real: Ocho versos de arte mayor con rima consonante (ABABABCC). Funciona como un núcleo lírico más concentrado, destacando el poder redentor y vitalizante del amor ("tú eres la fuerza que me da la vida").

· Décima Endecasílaba (o Espinela): Diez versos octosílabos con esquema fijo (ABBAACCDDC). Ofrece un ritmo más narrativo y reflexivo, desarrollando la idea del amado como refugio ("que de mi triste soledad me alivia").

· Romance: Versos octosílabos con rima asonante en los pares. Su ritmo tradicional y narrativo le da un tono más íntimo y de desahogo, como una confesión directa. Cierra con una esperanza de reunión futurible ("y vivamos bajo el agua / lo que el tiempo nos ha escrito").


Conclusión:


Ma. Gloria Carreón Zapata demuestra un dominio consciente de las formas poéticas tradicionales, utilizándolas no como un mero ejercicio retórico, sino como distintos instrumentos para orquestar una misma y conmovedora melodía de amor y ausencia. La obra es un excelente ejemplo de cómo la estructura clásica puede contener y potenciar una emoción personal y contemporánea, creando un diálogo fértil entre la tradición y la voz individual. La persistencia de las imágenes (lluvia, luz, fragancia, boca) a lo largo de todas las formas le da a la colección una poderosa cohesión y resonancia.

 

Enhorabuena por este ejercicio poemático, yo lo hago a menudo y cuesta bastante.

Felices navidades.

EL PLATO QUE ESPERA.

 





​En la mesa brilla el cristal, el pan y el vino,

hay un calor de hogar que el alma consuela,

pero afuera, el frío marca otro destino

y el hambre en la noche, triste, desvela.

 

​No quiero que el pavo sepa a egoísmo,

ni que el brindis ignore al que está solo,

que no nos separe el oscuro abismo

del que no tiene nada y lo pierde todo.

 

​¡Abre la puerta! Pon un sitio más,

que no falte silla, ni falte el abrigo,

que la Navidad no es mirar hacia atrás,

es partir el pan con el que no es tu amigo.

 

​Que aquel que camina sin rumbo ni cena,

encuentre en tu mesa su luz y su guía,

que compartir la dicha, quita la pena

y llena el pesebre de paz y alegría.

 

​Bendita la mano que invita y que ofrece,

bendita la sopa que el cuerpo calienta,

pues cuando se da, el amor siempre crece

y el hambre del mundo, por fin, se ahuyenta.

 

 

 

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EL BRINDIS DEL LEGADO.

 

 

 

 

"​En esta mesa falta un cuerpo,

pero sobra un Alma",

sirvo este plato no

para alimentar el olvido,

sino para honrar la vida que me diste

y la que compartimos.

 

​Que el calor de esta cena

me recuerde tu abrazo,

que el sabor de esta receta

me traiga tu risa,

y que el vacío de esta silla

me impulse a vivir con más fuerza,

sabiendo que tú caminas en mis pasos

y amas a través de mis manos.

 

​Por los que se fueron,

por los que nos quedamos,

y por el amor, que es el único puente

que el tiempo no puede derribar.

¡Feliz Nochebuena!




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EL BANQUETE DE LAS SOMBRAS

 




​Elena siempre tuvo el corazón como una casa de puertas abiertas. Creía, con una ingenuidad casi sagrada, que la lealtad era una moneda que siempre se devolvía con el mismo cuño. Por eso, cuando Beatriz llegó a su vida, Elena no vio a una depredadora, sino a una hermana de alma.

​Beatriz era experta en el arte de la necesidad fingida. Sabía cuándo suspirar para obtener un favor, cómo halagar el talento de Elena para que esta le abriera sus contactos, sus proyectos y, lo más valioso, su confianza. Durante meses, Beatriz habitó los espacios de Elena como una hiedra: suave al tacto, pero ajustando sus raíces en cada grieta de su generosidad.

​—Eres mi ángel, Elena —le decía Beatriz, mientras vaciaba, una a una, las copas de su bodega espiritual—.

 No sé qué haría sin tu luz.

​Pero la luz de Elena empezó a estorbarle cuando Beatriz ya no necesitó el refugio. Una vez que hubo extraído la última gota de provecho —el puesto que ambicionaba, el círculo social que deseaba y las ideas que robó para firmarlas como propias—, la máscara empezó a agrietarse.

​La puñalada no fue rápida ni limpia. Fue una demolición silenciosa. Beatriz comenzó a sembrar cizaña en los mismos jardines que Elena le había enseñado a cuidar. Susurró mentiras a sus espaldas, distorsionó sus palabras y, cuando Elena más necesitaba un apoyo frente a una crisis profesional, Beatriz dio el golpe final: entregó a los rivales de Elena la información confidencial que le había sido confiada en una noche de café y confidencias.

​Elena se quedó sola en medio del naufragio. El frío del acero en su espalda no venía de un extraño, sino de la mano que tantas veces había estrechado.

​Pasaron semanas de un silencio sepulcral. Elena se miraba las manos y sentía el peso de la traición como un manto de plomo. Sin embargo, una tarde, mientras caminaba por el jardín, comprendió algo fundamental.

 La maldad de Beatriz no era un reflejo de la debilidad de Elena, sino de la miseria de Beatriz.

​Elena regresó a su escritorio. Ya no era la misma mujer de puertas abiertas, pero tampoco era una mujer destruida. Tomó una pluma y escribió en su diario la última lección del dolor:

​"Hay quienes se acercan al fuego solo para robar una brasa y quemar tu casa. Pero olvidan que, aunque queden cenizas, el fuego es mío, y yo siempre sabré cómo volver a encenderlo. Ellos, en cambio, siempre vivirán en el frío de lo robado."

​Cerró el libro. Beatriz ya no era nadie. Elena se levantó, no con la amargura del que odia, sino con la soberanía del que finalmente ha aprendido a elegir quién es digno de sentarse a su mesa.

 

 

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EL ESTANDARTE Y EL FUSIL.

 





                                                                       

 

No solo el acero brillaba en el monte,

ni solo el deseo de ver la heredad;

había una plegaria en el horizonte,

buscando en el cielo la santa equidad.

 

​En el sombrero de paja, una estampa bendita,

la Virgen Morena guardando el camino;

porque el alma del pueblo, si sufre y milita,

pone en manos de Dios su amargo destino.

 

​Eran hombres de fe, de rosario y calzón,

que antes del fuego buscaban el rezo;

poniendo la vida y el corazón,

en el nombre del Padre, con un fiel embreso.

 

​Si la tierra es regalo del Sumo Creador,

¿por qué el amo la roba con mano de hierro?

Fue esa duda la chispa, fue ese dolor,

lo que hizo del campo un sagrado destierro.

 

​Zapata, el caudillo, de negro vestir,

sabía que el pueblo no lucha sin guía;

que para morir y para vivir,

hace falta la fe como luz del mediodía.

 

Obra Poética Registrada.

Imagen: De Edgar Castro Zapata.

 

EL SEÑOR DEL SUR.

                                                                            


                                                                                    

 

​En el surco profundo de la tierra morena,

donde el viento susurra leyendas de gloria,

cabalgas de nuevo, rompiendo la cadena,

con el rostro de bronce tallado en la historia.

 

​Emiliano, de mirada firme y bigote de sombra,

tu traje de charro es bandera y es llanto;

no hay rincón del Anáhuac que no te nombre o te nombra,

bajo el cielo que cubre tu eterno quebranto.

 

​No pediste castillos, ni cetros, ni altares,

solo el trozo de milpa que el sudor ha ganado;

fuiste el grito del paria en los densos cañares,

el brazo del indio por siglos negado.

 

​"La tierra es de quien la trabaja con fe,"

dijiste en Ayala, con voz de volcán;

y el Plan que firmaste fue el agua y la sed,

de un pueblo que busca justicia y su pan.

 

​Aunque en Chinameca la traición fue certera,

y el plomo intentara callar tu latido,

no saben que el héroe no muere, ni espera,

que vive en el grano que no se ha rendido.

 

​Tu sombra es el monte, tu voz es la lluvia,

tu herencia es el surco que vuelve a brotar;

mientras haya una mano que siembre y que sufra,

¡Zapata vive! y no dejará de marchar.

 

 

 

Obra poética registrada.

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LA SOMBRA DE JUDAS

 






​Llegaste con el paso del que busca descanso,

con la palabra dulce, con el gesto aprendido;

yo te abrí los portales de mi pecho remanso

y te di la confianza de quien no ha sido herido.

 

​Buscabas en mis manos el favor y el sustento,

el brillo de mi lumbre para iluminar tu fosa;

te serviste de mí como el ala del viento,

mientras en tu mirada la envidia era una espina rosa.

 

​¡Qué bien sabes fingir el abrazo que cura!

¡Qué maestra es tu lengua en el arte del lazo!

Fuiste hiedra que sube por la pared más pura

para luego dejarla caer en pedazos.

 

​Me buscaste por lucro, por el bien que poseo,

vaciaste mis arcas de fe y de bondad;

y al sentirte colmada, bajo un cielo plebeyo,

me clavaste el puñal de tu falsa amistad.

 

​Pero escucha, traidora, que en tu triunfo hay condena:

el que hiere la espalda por puro interés,

beberá de su propia y amarga condena,

pues quien mata un amigo, se mata a la vez.

 

​Yo me quedo con mi alma, herida pero entera,

con la luz que es solo mía y que no pudiste robar;

tú te quedas al frío, fuera de mi frontera,

con el peso del acero que no deja de quemar.

 

 

Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

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MERCADERES DE AFECTO.

                                                                                                    

 



 

Caminan con la cara descubierta,

sembrando la semilla del engaño;

te ofrecen una mano siempre abierta

mientras calculan cómo hacerte daño.

 

​Te buscan por la miel, por el tesoro,

por el refugio que tu alma ofrece;

confunden la amistad con el despojo,

y el interés en su interior florece.

 

​¡Qué triste es la traición de quien te abraza!

¡Qué amarga la sonrisa del judas!

Que mete la serpiente en tu propia casa

y te deja el alma en sombras, desnudas.

 

​Pero no saben, en su afán de espina,

que al dar el golpe con tal desatino,

el mismo odio que hoy los encamina

será el veneno de su propio vino.

 

 

Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

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ROMANCE DEL ALMA LIMPIA.

 




​Caminante de ojos claros,

de palabra de cristal,

tú que siembras la confianza

en el huerto del leal.

Escucha bien este canto,

no te nuble el vendaval,

que el honor es una torre

que no quiebra el propio mal.

​Entró el lobo en tu morada

con piel de manso cordero,

te robó con la mentira

lo que ganaste primero.

Usó tu fe como escudo,

usó tu bien como acero,

pero el oro del engaño

siempre termina en el cieno.

​No agaches la frente, hermano,

que tu pecho es un altar;

la estafa no ensucia al justo,

solo ensucia al que sabe hurtar.

El que miente se encadena,

el que roba ha de temblar,

pues no hay sombra que resista

cuando el sol vuelve a brillar.

​Tu bondad no es una falta,

ni tu entrega es un error;

es la marca de los grandes,

es el rastro del honor.

Que el estafador se quede

con su farsa y su pavor,

que tú duermes con el alma

perfumada de valor.

​¡Levántate, gente buena!

vuelve al campo y a la flor,

que la vida siempre paga

con justicia y con amor.

Lo perdido se recupera,

lo robado es un sopor,

pero la honra es la joya

que te entrega el Creador.




Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

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SUBLIME AMOR

 

                                                                            

 

 

"Para Alf: Quien supo leerme el alma antes de tocar mi piel, 

a través de una imagen que el destino puso en sus manos. 

Desde Madrid hasta mis sueños, 

eres el reflejo donde siempre decido quedarme."

 



Rasgó la noche su silencio

y nos envolvió en la bruma de los sueños;

amor sublime que despierta al unísono,

como tarde encendida en primavera.

 

​Amor de lejos, cautivo en su mirada,

glaciar que apacigua el tormento de quererte;

soñar un sueño a través de la distancia

y despertar acurrucada en tu sonrisa.

 

​Este amor que arrebata soledades

guarda en fila un tumulto de caricias,

siervas constantes al deseo de tu llamado

como gotas de luz en la alborada.

 

​Se resbala una lágrima en la brisa,

triste nota en la lira de mis sueños;

pasaje de una historia y un deseo:

fundirme para siempre en ti, mi dueño.

 

​Ahora juntos, hilvanando voluntades,

uno a uno idealizamos los abriles,

mientras el alma y la piel se vuelven una

 y me pierdo en el tibio reflejo

del café marrón de tu mirada.



 

Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

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LA MÁSCARA DE SAL

 

                                                                   



​Se acercan con la mansedumbre de los corderos, con la palabra "amigo" aún tibia en los labios, pero en sus ojos no hay luz, sino cálculo.

 Son arquitectos del provecho, artesanos de una cercanía ficticia que solo busca el beneficio del inventario ajeno.

 Te estudian como quien mide un terreno para edificar su propia gloria sobre tus ruinas.

​Te envuelven en abrazos de seda, pero en el pliegue de su túnica esconden el acero frío de la envidia.

 Su amistad es una inversión a corto plazo: mientras tus frutos alimenten su hambre, serás su sol; pero en cuanto la cosecha flaquea o tu brillo les estorba, la mano que ayer te sostenía se convierte en el puñal que busca tu espalda.

No hay honor en su traición, solo la miseria de quien no sabe construir nada propio y necesita devorar lo ajeno para sentirse vivo.

Al final, se marchan dejando un rastro de ceniza, olvidando que la puñalada que dan hoy es la herida que mañana les impedirá dormir en paz.

 

 

 

Autora : Ma. Gloria Carreón Zapata.

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EN ESTOS DÍAS LLUVIOSOS.

  ​Sueño con tus ojos, claros, luminosos, y con tu sonrisa, invitación directa al beso, que me eleva al cielo cuando tus labios apreso...